No sé que tanto alcance tenga este texto. No me importa si termina en mil papeleras, lo que me importa es que este mensaje quede en la mayor cantidad de conciencias posibles.
No soy un cachorro del imperio, ni un agente de la CIA, soy venezolana, trabajadora, y más importante aún soy un ser humano, el cual goza de derechos, derechos que deben ser respetados sin importar cuantos votos haya tenido el político que quiera vulnerarlos (mis derechos). He marchado, he tragado bombas lacrimógenas, he protestado, he participado en debates, he dialogado con seres queridos opuestos a mis ideales y seguiré ejerciendo las acciones que sean necesarias para defender mis derechos e incluso los de los que están en desacuerdo con mis ideas políticas, sociales y culturales.
Ayer mientras compraba, escuché a tres personas hablando. Comentaban lo de las leyes que se quieren aprobar, en materia electoral, educativa y de medios de comunicación. Uno de ellos mencionó que los estudiantes estan callados y que no estan haciendo nada. Quizá tengan razón. Es cierto que los estudiantes no han salido masivamente a la calle, como ocurrió cuando se cerró, o como dicen otros cuando no se le renovó la concesión a RCTV; en parte eso se debe a que en este momento muchos estudiantes están de vacaciones y se hace un poco más complicado coordinar actividades de calle, lo cual no significa que no vamos a actuar pronto. Yo no pienso esperar por mis compañeros ni por el despertar del resto de la sociedad civil para demostrar mi descontento con el cierre de las 34 emisoras de radio y con las otras leyes que nos quieren imponer. Mi protesta comienza hoy, y durará el tiempo que sea necesario, hasta que cesen las arbitrariedades contra la población venezolana o cuando me lleven presa porque sea delito decir lo que uno piensa, incluso si esto último llegara a ocurrir, seguiría protestando desde mi celda.
La lucha por la democracia, por la libertad de expresión, por la educación, por nuestra constitución y por la defensa de los derechos humanos, no es exclusiva de los estudiantes, es verdad que los llaman el futuro, pero si ustedes padres, madres, trabajadores, trabajadoras, personas de la tercera edad y todos aquellos que son venezolanos de nacimiento o de corazón no nos apoyan en el PRESENTE, es decir AHORA, no vengan a culparnos de lo que va a ocurrir en este país, porque todos somos responsables. Pongan su grano de arena y si tienen la posibilidad pongan más de un grano. A los venezolanos en el mundo nos conocen como gente alegre, amigable, solidaria, habladora y hasta metiche en algunas veces. Opinamos sobre lo que ocurre en otros países, la vida de gente famosa, los políticos, el calentamiento global y hasta de la vida de nuestros amigos, familiares y seres queridos, entonces ¿por qué callarnos cuando se trata de nuestro país?
Espero que no permitamos que nuestro país se siga yendo al precipicio del miedo y del silencio. ¿Patria Socialismo o Muerte? A mí no me importa el eslogan, lo que me importa son los hechos.
Independientemente del color político con el cuál cada quien se identifique, todos tenemos el derecho y el deber de exigirle a quienes nos gobiernan que cumplan con las funciones para las cuales fueron electos.
Quiero una mejor calidad de vida, para mí y para mis seres queridos y estoy seguro que muchos de ustedes también.
Así que les dejo esta reflexión y los invito a pensar, a discutir, a no dejarse intimidar, a luchar por lo que aún nos queda y por lo que nos han quitado. No esperemos que sea demasiado tarde.
Por Deisy Caceres.
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